A un año del cierre de RCTV... y un detalle especial que lo puede explicar

Hace un año que la señal de RCTV fue sacada del aire de un modo que sólo puede calificarse de chapucero y brutal.
Tves, el canal con el que suplantaron ocupar su lugar en la grilla, no ha despertado pasiones, ni siquiera el odio. Yo solo he visto minutos sorteados en los cambios de canales, incluyendo un par de los "proyectos de productoras independientes" que han emitido. Sólo diré que si los que producen y dirigen esos programas fueran estudiantes de mi carrera, mis profesores los hubieran raspado con 01. Ni el documental que la Queta y yo grabamos con una handicam super8 en nuestras manos supertemblorosas y editamos a medianoche en un centro de edición de videos de boda de un primo de ella, videito que estaba majunche y lo sabíamos, se veía tan mal como esos minutos de "Los muchachos de la acera del frente" que tuve a mal presenciar porque mi madre (quien lo estaba viendo por síndrome de Tren Descarrilado) me llamó para señalarme a una vecina del edificio actuando en el bodrio.
No se que pretendía el Ego Mandante con el cierre del canal 2, pero sea lo que sea no ha funcionado. Su popularidad disminuyó enormemente: nada como quitarle las novelas a un pueblo para que se arreche con uno. Un montón de escándalos han ocurrido desde entonces y no se han podido tapar con nada. Y las ventas de servicios de cable han aumentado para ver al canal que ya no puede estar en abierto.
RCTV se habrá ido de la señal abierta, y la gente no ha reaccionado con el cabreo correspondiente más por miedo que por otra cosa, pero no creo que eso se olvide en muchos años.


Ah, by the way, tal vez este nuevo escandalo sirva para explicar las pretensiones de don Ego Ratael, y porqué no le funciona el plan:
Resulta que desde hace tiempo, los pe(o)riodistas de esta nación que no trabajen para el conglomerado de medios estatal tienen vedado el acceso a determinados eventos del gobierno, como ruedas de prensa con ministros, entrevistas a personeros y detalles así. La única manera que dichos medios tienen de transmitir esa información es retransmitiendo la señal del canal del estado, Venezolana de Televisión (VTV), informalmente conocido como el "Discovery Chavez". Si tengo que explicar el porqué del mote, ustedes necesitan un suave tratamiento con el Clue Bat.
El caso es que, desde hace un tiempo, TODA la grilla del "canal de todos los venezolanos" se ha convertido en un compacto bloque de programa de opinión pro-gobierno tras programa de opinión pro-gobierno, con anuncios del gobierno y noticieros donde se muestra las mismas tres únicas cosas buenas que ha hecho el gobierno actual más todos los viajes y amigos nuevos que ha hecho nuestro presi entre tochos y tochos de programas de opinión. Y las noches de La Hojilla, el programa más asqueroso, difamador, y disgustantemente divertido jamás producido. Oh, y Aló Presidente los domingos, 4 horas mínimo. El único canal "enemigo" del gobierno que queda, el canal de noticias Globoterror Globovisión, nutre mucha de su programación de las señales de noticias de VTV, lo cual es justo porque La Hojilla no podría sobrevivir sin usar material de los programas de Globo. Me consta cómo está conformada la programación de VTV porque mi abuela se enamoró del canal (de tan viejita no puede distinguir el logo de ese canal del logo de Venevisión) y lo tiene todo el puto día puesto porque le da flojera cambiarlo.
Repentinamente, los de VTV decidieron que, a partir del 1º de Junio, iban a empezar a cobrar por el reuso de su señal. Eso no es de por sí malo, si no fuera porque pretenden cobrar una cantidad... cómo decirlo... exhorbitante para la calidad y el interés de lo que emiten. La reacción de los canales privados, empezando por Globovisión, no ha sido bonita. La reacción dentro de la misma gente del gobierno no ha estado mucho mejor
Y en medio del zaperoco, el ministro de propaganda Telecomunicaciones, Andrés Izarra, ha presentado la renuncia ipso facto, porque el niño decidió la cosa sin consultar con más nadie (y en el intento más burdo de silenciar al "enemigo" y contentar a jefe que he visto en años).
En estos momentos me alegro de no estar en mi antigua empresa para no verle la cara de ponchados a mis ex-jefes, que tuteaban al Izarrita y todo. ¡Jo!