So, que andaba en el carrito de regreso del trabajo, medio adormilada (pero eso no es nuevo) cuando de repente me despierta un carajo con el acento más estereotípicamente malandro ever:
-Esto es un atraco, dame el teléfono y lo que tienes ahí de aipod.
Efectivamente, a mi y a todo el bus nos atracaron. Eran al menos 4 choros, con al menos dos mujeres en el grupo; por alguna razón solo me acuerdo de una de ellas, que era pechugona, pelo negro y llevaba un sueter azul.
Se llevaron mi iShuffle y mis audífonos azules - previo manoseo de boob para sacármelo. También cargaron con mi monedero cuando lo saqué para darle los reales que llevaba adentro, con las tarjetas, mi cédula, y como 150 bolos toches. No me arrancaron la cartera completa porque decidí sacar el monedero, pero ni me dejaron sacar la cédula y las tarjetas de débito, que es lo que más me duele. Lo primero que hice al llegar a mi casa fue buscar el número del banco y cancelar mis tarjetas.
Menos mal que no me dejé arrancar la cartera completa porque se hubieran llevado mis llaves de la casa y de la oficina, mi paraguas, mi cuaderno de bocetos con el portaminas nuevo que compré la semana pasada, mis brillos y peines , el espejito regalo de visitador medico que me había dado el Beloved la última vez que salimos, y un cartucho de tinta negro que el jefe me había pedido comprar y yo había decidido pasar por el Chambil a comprarlo después de las horas laborales para montarlo a primera hora mañana y printear unos CD pendientes.
Se hubieran llevado también mi cel, pero aparentemente mi motoroca del año del Paro, con su coqueto brilo Missha de adorno, su cinta para cuello regalo de las toallas Kotex y su pantallita azul partida por la mitad no era lo suficientemente valuable para estas escorias de la nación y lo tiraron al piso. Así pude recuperarlo y llamar a mi hermana, porque encontré su número primero que el número de la casa. De ese celuloncio no me desprendo hasta que Movilmerga obligue a tutirimundachi a migrar a tarjetas Sim, y el próximo que me compre le hago el tratamiento del desgaste antichoros.
Creo que fui la que mejor salió porque al menos no se llevaron mi cartera ni mi cel ni el sencillo del pasaje: a todo el mundo le bajaron de su celular, y del dinero que tuvieran encima. A la que estaba al lado mío, aparte del cel y 20 bolos, ¡también le chorearon un chocolante entero nuevecito que cargaba!
El chofer, naturalmente, estaba amenazado, pero no le sacaron los reales, quizás porque los tenía en todo el eje frontal del volante
No se si será el shock o que coño, pero una de las primeras cosas que pensé después de toda la vaina es porqué las choras en vez de andar robando no estaban trabajando de putas en la Libertador. La otra cosa que me pasó por la cabeza es que ahora tengo una excusa para comprarme un reproductor de MP3 nuevo con más capacidad. Whoa me.
En fin, que mañana me sale imprimir mi escaneo de cédula y encontrar donde hacen el operativo para sacarme otra, encontrar mi pasaporte opara el mentado tramite de nueva cédula, ir al banco por tarjetas nuevas, y seguir iviendo en Verguenzuela, no joda.
Espero honestamente que mi ipod les aprovecjhe, y que otros choros los apuñalen.
-Esto es un atraco, dame el teléfono y lo que tienes ahí de aipod.
Efectivamente, a mi y a todo el bus nos atracaron. Eran al menos 4 choros, con al menos dos mujeres en el grupo; por alguna razón solo me acuerdo de una de ellas, que era pechugona, pelo negro y llevaba un sueter azul.
Se llevaron mi iShuffle y mis audífonos azules - previo manoseo de boob para sacármelo. También cargaron con mi monedero cuando lo saqué para darle los reales que llevaba adentro, con las tarjetas, mi cédula, y como 150 bolos toches. No me arrancaron la cartera completa porque decidí sacar el monedero, pero ni me dejaron sacar la cédula y las tarjetas de débito, que es lo que más me duele. Lo primero que hice al llegar a mi casa fue buscar el número del banco y cancelar mis tarjetas.
Menos mal que no me dejé arrancar la cartera completa porque se hubieran llevado mis llaves de la casa y de la oficina, mi paraguas, mi cuaderno de bocetos con el portaminas nuevo que compré la semana pasada, mis brillos y peines , el espejito regalo de visitador medico que me había dado el Beloved la última vez que salimos, y un cartucho de tinta negro que el jefe me había pedido comprar y yo había decidido pasar por el Chambil a comprarlo después de las horas laborales para montarlo a primera hora mañana y printear unos CD pendientes.
Se hubieran llevado también mi cel, pero aparentemente mi motoroca del año del Paro, con su coqueto brilo Missha de adorno, su cinta para cuello regalo de las toallas Kotex y su pantallita azul partida por la mitad no era lo suficientemente valuable para estas escorias de la nación y lo tiraron al piso. Así pude recuperarlo y llamar a mi hermana, porque encontré su número primero que el número de la casa. De ese celuloncio no me desprendo hasta que Movilmerga obligue a tutirimundachi a migrar a tarjetas Sim, y el próximo que me compre le hago el tratamiento del desgaste antichoros.
Creo que fui la que mejor salió porque al menos no se llevaron mi cartera ni mi cel ni el sencillo del pasaje: a todo el mundo le bajaron de su celular, y del dinero que tuvieran encima. A la que estaba al lado mío, aparte del cel y 20 bolos, ¡también le chorearon un chocolante entero nuevecito que cargaba!
El chofer, naturalmente, estaba amenazado, pero no le sacaron los reales, quizás porque los tenía en todo el eje frontal del volante
No se si será el shock o que coño, pero una de las primeras cosas que pensé después de toda la vaina es porqué las choras en vez de andar robando no estaban trabajando de putas en la Libertador. La otra cosa que me pasó por la cabeza es que ahora tengo una excusa para comprarme un reproductor de MP3 nuevo con más capacidad. Whoa me.
En fin, que mañana me sale imprimir mi escaneo de cédula y encontrar donde hacen el operativo para sacarme otra, encontrar mi pasaporte opara el mentado tramite de nueva cédula, ir al banco por tarjetas nuevas, y seguir iviendo en Verguenzuela, no joda.
Espero honestamente que mi ipod les aprovecjhe, y que otros choros los apuñalen.